Más de 500 personas acompañaron el cortejo fúnebre desde la capilla «San Expedito» hasta la parroquia «Dulce Nombre de Jesús», recorriendo los pasajes de la Villa Altos de Quirihue y las calles de la ciudad hacia el lugar donde se realiza a esta hora la misa fúnebre.
Tras salir las 6 carrozas fúnebres, el cortejo ingresó al pasaje Calafquén, deteniéndose frente la vivienda número 1080, donde fallecieron la madrugada del ,martes 13 de noviembre, haciendo sonar sus bocinas.
Al salir de la villa los arcos de globos marcaron la despedida de la familia del barrio, donde las lanzaron pétalos de flores; y frente a la escuela El Llano les lanzaron globos blancos, mientras escoltas de alumnos acompañaron a las carrozas.
Al llegar a la parroquia ya estaba repleta de personas que esperaban para participar de la misa que oficia el párroco Rodrigo Uribe.
En su homilía, el sacerdote hizo un llamado a seguir el ejemplo de Carmen, «una mujer de trabajo y esfuerzo que cada día daba lo mejor de sí para sacar adelante a su familia. Tal vez pudimos hacer mucho más por ella y sus hijas y nietos, y ahora es tarde; pero podemos transformar eso en un cambio de nuestra vida al futuro, ayudando cada vez que podamos a muchas otras Carmen que están viviendo algo similar».
Asimismo pidió a las autoridades, «Todos sabemos cuanto cuesta recuperar un niño que está en situación vulnerable. Hay que darle una educación integral, donde el respeto, el valor de la vida y la fé sean pilares en nuestro diario vivir».













